Iniciamos este blog, cuando aquí en Europa y en Salamanca, los estudiantes y profesores van dejando las aulas debido al descanso veraniego. Quizás sea una buena ocasión para recordar que los maestros de la Escuela de Salamanca, no fueron sólo buenos docentes. También destacaron en su compromiso respecto a la marcha de la Universidad y de la ciudad.
De este modo, en 1539 se declaró un gran hambre en la ciudad. Debido a la especulación los precios del grano lo convirteron en un producto inasequible. Domingo de Soto y Francisco de Vitoria se las arreglaron para traer trigo desde Toledo y abastecer al mundo universitario y a la ciudad. Resultado de ello los alamacenistas tuvieron que bajar el precio. En 1544 se repetía la situación y Vitoria, ya enfermo, escribía a su amigo Miguel de Arcos en estos términos: "Tengo por una señal de reprobación que en un año, en que mueren nuestros prójimos y hermanos de hambre, tenga uno intentos de hacerse rico".
Ahora que tanto hablamos de misión social de la Universidad, y en estos tiempos de crisis económica e índices insoportables de desempleo, la actitud de estos maestros es un ejemplo de responsabilidad social.